Este es un enebro autóctono, y ¡ qué pocos de estos hemos visto en bonsái!. Se trata de un Juniperus communis subsp.hemisphaerica. Es una subespecie de montaña, de aguja mas corta que el communis y mas larga que la de la subespecie alpina.
Las azaleas, son quizás esos bonsáis que todo coleccionista quiere tener entre sus árboles. La especie que no puede faltar para aportar colorido en nuestro jardín y regalarnos esas flores en el mes de mayo.
A mi vivero llegan muchos árboles, algunas veces son bonsáis que llevan mucho tiempo sin trasplantar y sin recibir los cuidados que se merecen, parece que nadie los quiere y que viajan de un vivero a otro esperando una oportunidad.
Cogí en el monte este boj el 31 de octubre de 1995. Habitaba formando parte del sotobosque de la ribera de un río de la comarca. Me gustaron su conicidad y la base y movimiento de tronco. El 10 de Octubre de 1999 lo trasplanté a la maceta que veis en la fotografía.
Cuenta Juan Bautista, que tuvo que escalar una pared de granito a 2700 m de altitud, para extraer este pino que bajó colgado de una cuerda antes de emprender por sí mismo el delicado descenso.
Este trabajo que a continuación os presento, tiene dos protagonistas. Uno es la roca, el otro, un magnífico juniperus chinensis.
Fue en la inauguración de Irun Bosái cuando me encontré con Juan Bautista. Pocos días después, entró en el vivero con este árbol en las manos. Lo único que se me ocurrió en esos momentos fue exclamar ¡Kengai!...
Qué interesante este pino que os presento. Todos los pinos del pirineo son diferentes, ya se trate del pino negro, del pino albar o del híbrido entre ambos Pinus x rhaetica Brügger . En cada ejemplar nos encontramos con un carácter muy distinto.
