Juniperus Chinensis. “SOBRE LA ROCA.”
Este trabajo que a continuación os presento, tiene dos protagonistas. Uno es la roca, el otro, un magnífico juniperus chinensis.
El encuentro de estos dos elementos, fue bastante afortunado. Tuvo lugar a primeros de enero del 2009 en Irun bonsái.
Mi amigo Gorka, me sugirió la idea de hacer algo con una piedra que había encontrado en la montaña. Me pidió que si tenía un ratito libre mirásemos de plantar algo en la misma. Yo accedí encantado y esperé a ver que me traía.
Al día siguiente se presentó con esta roca:
En esta posición, la roca se tenía en pié y presentaba una bella forma para plantar algo en ella.
Me pareció interesante. Pensé que podríamos hacer un paisaje con uno o mas plantones de sabina.
Intentaba dar ideas, pero tratando de satisfacer sus gustos. Fuimos desechando algunas posibilidades. El quería algo más grande, que tuviese tanta relevancia el árbol como la roca, que ésta se fundiese con aquel y que el tronco saliera de la roca.
Paseando por el vivero fuimos buscando un posible candidato entre diferentes ejemplares. Después de desechar varias posibilidades, finalmente elegimos el juniperus chinensis de la foto.
Cogida la idea de Gorka y teniendo en cuenta el tamaño del ejemplar, debíamos de adoptar otra posición para la roca, en la cual el árbol armonizase y se adaptara mejor.
Esta sería la posición para la roca.
Había que construir una base de cemento, para poder tenerla en pie y amarrarla a la maceta.
En esta foto, Gorka nos muestra la idea. Se usó el recorte de una maceta de plástico para hacer de molde de encofrado para la base.
Ante la atenta mirada de Gorka, Joseba, experto encofrador, prepara la masa de cemento rápido.
Vertimos la masa en el molde formado con el recorte de maceta y la piedra posicionada, todo ello sobre un plástico.
Echamos cemento hasta tener una altura de unos 3 cm.
Enseguida fragua.
Antes de retirar el molde, mientras el cemento va adquiriendo mayor dureza, empezamos a trabajar el árbol.
El trabajo que comienzo, va a respetar el diseño original del árbol, apenas se van a cortar algunas ramas primarias.
Será un modelado de mantenimiento, con un fuerte aclarado de ramas y un alambrado completo.
Es importante que realicemos una gran poda antes de trasplantar, así disminuimos la cantidad de hojas y se reduce la traspiración del árbol.
De este modo las raices no realizarán tanto trabajo, ayudando a superar el estrés que supone todo trasplante.
Aquí os muestro la rama principal del árbol tras la poda y el alambrado.
Comenzamos a trabajar de abajo arriba.
Es la sashi-eda o rama principal, la que asoma del conjunto.
Da movimiento al bonsái hacia la izquierda.
Al ser la más baja, es también la más débil. Habremos de podar intensamente las superiores para recuperar el vigor de esta rama baja.
He reducido su volumen en un 25%.
Elimino la rama señalada por ser paralela a la de abajo.
La superior rellenará el hueco tras el alambrado.
Tras la poda y alambrado, frente del árbol.
Vemos que el ápice ha sido fuertemente podado.
En las ramas más densas se ha reducido hasta un 60% aproximadamente.
perfil derecho
trasera
perfil izquierdo.
El trasplante:
Se hace necesario desenredar por completo el cepellón.
Llevaba muchos años sin trasplantar y las raices eran largas. Mejor, así llegarán algunas a la maceta.
Donde asienta el árbol, hemos pegado con masilla reparadora un alambre de aluminio de 2,5 para amarrarlo.
Usamos un poco de akadama de grano fino, para rellenar el hueco debajo de las raíces.
Para cubrir el resto sobre la roca, empleamos keto.
Amasamos el keto y lo mezclamos con musgo de esfagno desmenuzado, así aquel resultará más esponjoso.
Es importante amasar bien y que tenga el grado suficiente de humedad como para que se pegue bien a la piedra.
Colocamos una masa de keto debajo de las raíces, para que apoye el cepellón.
Con un palillo introducimos bien el keto en las grietas, por donde encauzamos las raíces largas.
Atamos con alambre de aluminio de 1,5 las raíces a la roca, de manera que éstas se ciñan a la piedra y discurran por las grietas antes de taparlas con el keto.
Hemos de encauzar bien las raíces, procurando que no se crucen, de lo contrario cuando engorden, se estrangularán unas a otras y el resultado no será tan natural.
Apretamos bien el keto contra las raíces.
Ahora que tenemos sujeto el árbol en la roca, podemos posicionar mejor el conjunto en la maceta.
Colamos la base a la maceta con un pegamento y repartimos las largas raíces que llegaron a la maceta.
Plantamos en la maceta empleando un sustrato compuesto exclusivamente de akadama.
Sólo nos queda cubrir con musgo.
Es fundamental cubrir el keto con musgo para que éste no se vaya lavando con los riegos. Y para que no se seque el musgo ni se cuartee el keto pulverizaremos a menudo.
Frente
Cuando la plantación envejezca, las raíces crecerán y engordarán agarrando a la piedra de forma espectacular. Para entonces iremos descubriendo un poco más la roca y las raíces de este Ishitsuki, que nació en un día de frío.
perfil derecho
vista trasera
perfil izquierdo
“En el roquedal, vimos crecer un gran árbol.
La vida que alberga aquella roca, permanecerá más allá de nuestros días”.
Texto y fotos: Javier Lumbreras.
Han participado: Gorka y Joseba Arrieta.