BUNJIN
Cuenta Juan Bautista, que tuvo que escalar una pared de granito a 2700 m de altitud, para extraer este pino que bajó colgado de una cuerda antes de emprender por sí mismo el delicado descenso.
En este dibujo suyo, vemos el árbol en sus orígenes, las avalanchas habían dejado al descubierto algunas raíces que él mismo cortó.
Un Yamadori, a veces tiene un estilo muy marcado y eso es precisamente lo que le ocurría a este pino negro “literati”, que crecía en una pared rocosa a unos 2700 metros de altitud. Sin duda otro de los grandes hallazgos de Juan Bautista, (ver bonsái autóctono nº 62 )
Tras dos años de cultivo en Irun bonsái, ha sido en estos días de primeros de Abril que me he decidido a trabajarlo, gracias a la colaboración y el empeño de mis amigos y entusiastas del bonsái. Sin los cuales este artículo no habría sido posible.
Antes del trabajo...
El tronco es alto y grueso, para elegir el frente en este árbol es importante la línea del tronco. Si nos fijamos en el tramo que no podemos doblar, que es el que va de la base hasta aproximadamente media altura, buscaremos el que sea más interesante, por sus curvas, ritmo, movimiento y corteza.
Si analizamos las fotos de A a E, veremos que esta parte de tronco, presenta más curvas y es más interesante desde E. Esta vista es prácticamente la contraria a A, así que os podéis hacer una idea de lo que se aleja el ápice hacia atrás.
En la foto F se observa que inclinando el árbol hacia el frente, se puede mejorar el aspecto. Si hacemos un esfuerzo y doblamos el tronco y levantamos el ápice, podemos hacer resurgir el espíritu de este árbol abatido.
Doblado del tronco, 1ª jornada
Su bonita corteza hojaldrada, esta adornada con preciosos jin. Para doblar el tronco, primero colocamos dos alambres longitudinales de 6mm, atados directamente al tronco.
Ajustamos el alambre al contorno del tronco golpeándolo con un martillo, de forma que no quede holgura.
Procuramos seguir el camino que nos marcan los surcos de la corteza, para no dañarla.
Este tramo recto deshace el ritmo del tronco y aleja el ápice hacia atrás, nuestro esfuerzo se dirigirá sobre todo a doblar esta parte hacia el frente añadiendo curvas.
Aquí vemos hasta donde llega el alambre. También se observan las yemas bastante estiradas. Estamos en fecha límite para realizar estos trabajos.
Manu , estupendo colaborador, ató con fuerza la rafia cubriendo alambres y tronco con gran maestría.
Aplica para atar, la técnica de los antiguos cesteros.
A continuación se alambra el tronco con calibre de 6mm. Se ponen dos alambres juntos.
Llegó el momento de doblar...
Para preparar el árbol de modo que estuviese mas flexible, hemos dejado secar el sustrato casi al límite, dejando de regar unos días antes.
Ahora se ha atado una barra de hierro a la parte baja del tronco, la que sujeta Manu, y otra a la zona alta, que me permitirá hacer palanca para doblar y llevar hacia adelante este tramo que sujetaremos con un tensor.
El tronco se ha doblado mucho y un tirante lo sujeta a la barra, pero aún no es suficiente.
A la derecha indico la parte que ha de avanzar hacia el frente y la rama que será el ápice y que ha de pasar por debajo del codo que forma el tronco, trayéndola hacia adelante.
Debemos poner tensores de alambre grueso, para que no se partan con la tensión entre tronco y barra. Volvemos a humedecer tronco y rafia. El esfuerzo fue tremebundo...
Tensamos el alambre, que como vemos es grueso.
Otro tensor nos ayuda a cerrar todavía más la curva.
-2ª jornada: el trabajo en las ramas y el trasplante.
Las ramas
Son las tres ramas gruesas que se ven en la foto superior, mas una situada en el codo que forma el tronco y que actualmente es la mas alta, las que vamos a doblar para modelar el bonsái.
La rafia ha sido previamente empapada en agua.
Ponemos doble capa de rafia, atando directamente con ella el alambre. Ha de quedar bien tensa.
Una vez bien enrafiadas las ramas, el trabajo consistió en formar una copa armoniosa y equilibrada, siguiendo las pautas del tronco.
La rama que se descolgaba hacia atrás, va a ser llevada ahora hacia delante y arriba, pasándola por debajo del codo y formando un ápice erguido que favorecerá la verticalidad del arbol.(1)
La rama enrrafiada que desciende(2), será una rama colgante y trasera que cruce el tronco por detrás equilibrando el movimiento del árbol, ligeramente inclinado a la derecha.
La rama 3 descenderá con suavidad hacia la derecha acompañando el movimiento del árbol.
La rama (*) actual ápice, pasará a ser una rama trasera que dará aún más profundidad al conjunto, veamos como la bajamos...
El primer paso consistió en enrrafiar y alambrar.
Después se dobló y se bajó con fuerza hasta que se oyó el primer crujido...
Ahora vamos a preparar el árbol para el alambrado de ramas finas.
Primero podamos las que sobran y luego quitamos agujas viejas.
De tres ramas saliendo en la punta dejamos 2 quitando la del medio.
Cortamos para crear una rama más ligera que se afina hacia el ápice.
Quitando agujas viejas. Este trabajo precede al alambrado de ramas finas.
Empezamos a alambrar ramitas.
Vamos dando curvas suaves y orientando los brotes nuevos hacia arriba como si buscaran la luz. A la derecha detalle de rama trasera siendo alambrada.
Detalles de rama trasera alta(*) y ápice(1).
El trasplante
Hemos elegido una maceta china de cerámica Yixing para este árbol esbelto.
Primero preparamos la maceta.
Pasamos 3 alambres de aluminio de 2,5mm para atar el árbol.
Preparamos también el sustrato, mezcla de akadama y kiryuzuna.
Mis amigos me ayudan a extraer el árbol, el cepellón es pesado y está muy bién micorrizado.
Lo tratamos con cuidado para que no se desmorone.
El tratamiento de las raices es importante, quitamos con cuidado parte de la tierra usando una de las herramientas fabricadas por Manu.
Acortaremos alguna raíz gruesa y cortaremos algunas puntas. Dado lo avanzado de la estación y el esfuerzo al que se sometió el tronco, sería arriesgado cortar más.
Dos cañas de bambú que pasan por debajo del tronco, son tensadas con los alambres que dispusimos desde abajo apoyando en las paredes de la maceta.
4 tensores sujetos a estas cañas tirarán del árbol desde estos ejes, manteniéndolo en posición.
Alex y Manu sujetan el árbol, mientras yo observo la inclinación, y pensamos como fijarlo.
Son momentos de tensión, no es fácil sujetar un árbol tan grande.
Tensamos bien los alambres, en los 4 puntos cardinales.
Introducimos bien el sustrato con la ayuda de un palillo de bambú, llenando los huecos.
Después haciendo uso de otra de las herramientas artesanas de Manu, compactamos un poco.
Quiero hacer notar que esta operación se realiza siempre con el sustrato seco.
Inmediatamente después, regamos a fondo. Luego tapizamos parte de la superficie con musgo.
Cubrimos sobre todo la parte derecha del sustrato, para acentuar el movimiento del árbol.
Pinus uncinata. Pino negro.
Altura: 138cm.
Anchura: 78cm.
Diámetro en la base: 11cm.
La brisa mece las ramitas,
La copa se yergue sobre las nubes.
Como un vigilante de los cielos...
detalle de la nueva brotación
Visión de futuro para el árbol. En unos años, las ramas cogerán densidad y el porte será majestuoso, de aspecto catedralicio. Como los pinos de la montaña...
2008, El árbol avanza hacia un futuro mejor.
07-12-2010
Texto: Javier Lumbreras Muiño.
Modelado: Javier Lumbreras Muiño.
Manu Arteaga Gallego.
Fotografía: Manu Arteaga Gallego.
Dibujos: Juan Bautista Gallardo Gomez.
Han colaborado: Alex y Arkaitz.
Pinus uncinata recogido de la montaña y cedido a Irun bonsái por Juan Bautista Gallardo Gomez